martes, 18 de agosto de 2009

Derechos civiles antes que las ansias de poder

El caos que causó la propuesta de Manuel Zelaya respecto a incluir una cuarta urna en las elecciones de noviembre de este año, era algo que si se estudia bien la historia de Honduras y el clima político de América Latina en general no debió sorprender a muchos. Zelaya no pretendía hacer una consulta simple, sino que buscaba reformar la Constitución hondureña, algo que es completamente ilegal en dicho país. Como si fuera poco las muestras de simpatía hacia Hugo Chávez cada vez se hicieron más evidentes, lo que causó un gran malestar tanto dentro de la población como los sectores políticos.
La situación llegó a su punto crítico con la salida del mandatario en calidad de detenido del país, las fuerzas militares lo apresaron mientras se encontraba en su hogar y en pijama lo enviaron en un avión a Costa Rica. Horas después era Roberto Michelleti quien asumía el cargo de presidente de facto de dicho país.
Mientras Zelaya deambula de país en país por toda la región buscando el apoyo de los mandatarios y diversas organizaciones, la situación en Honduras es complicada. Un golpe de Estado independiente de sus intenciones, siempre trae como consecuencia la represión de la libertad y derechos civiles para los ciudadanos. El peso de las organizaciones internacionales pareciera ser nulo, si bien han expresado su rechazo a la situación que está viviendo Honduras en este momento, condenando fuertemente el actuar del gobierno de facto desde el momento que decidieron derrocar a Zelaya, pareciera que más allá de eso no se puede avanzar. Michelleti ha mostrado su negativa respecto a las propuestas que ha recibido por parte de éstas, tensando más el clima.
El dilema es cómo arreglar una situación que se desencadenó por una “ilegalidad” trayendo como consecuencia otro accionar de este tipo. La vuelta de Zelaya al país podría ser una idea, pero probablemente traería consigo más problemas dentro del país, hace poco el mandatario salió declarando que no puede volver ya que está amenazado de muerte, mostrando claramente un clima de hostilidad dentro de la región. ¿Elecciones a la brevedad para restituir la democracia?, resulta difícil de imaginar en momento en que la polaridad política se ve fácilmente.
Sin embargo lo que más preocupa en este momento más allá de quien pueda seguir en el poder, es la ciudadanía en sí. Ante la visita de una delegación de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) no se puede dejar de pensar que las libertades y derechos civiles se están viendo afectados, por eso en este momento lo que urge es restablecer la tranquilidad dentro del país, por lo que las investigaciones de este tipo permitirán esclarecer todos los hechos que ocurran dentro de la nación. Importante es que no se corten relaciones con dicho país por una cuestión política, dar la espalda en este momento no sería lo prudente, menos cuando tanto costó para que todas las naciones de esta región volvieran a tener un régimen democrático por el que tanto se sufrió.

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