martes, 15 de septiembre de 2009

Obama y Chile, transiciones que marcan.

El discurso de Barack Obama al asumir la presidencia de Estados Unidos, parte con un acto de reconocimiento que pocos se atreverían a realizar. Agradecer lo que hizo George Bush sin importar los errores es un acto no sólo de grandeza, sino que también de tolerancia, tolerancia que permite el mejor desarrollo de un país.
Las descalificaciones odiosas no le hacen bien a la democracia, el odio por ideologías quebrantan la paz y tranquilidad que toda sociedad necesita y busca.
Lo que causó Obama más allá de ser un presidente afroamericano, es que con el paso de los años la tolerancia y el respeto no son ideales utópicos, sino que necesarios.
En Chile tuvieron que pasar varios años para darse cuenta, que el odio y las descalificaciones no traen más que crisis en grandes niveles. Por casi veinte años el país se dividió a causa de ideologías que eran imposibles de convivir, lo que trajo un malestar tanto político y a nivel emocional de país.

El punto es que en cierta medida ambos países tienen algo en común, si bien un proceso político bastante distinto, ambas naciones pasaron por una transición. En estados Unidos la llegada de Obama al poder significó que los americanos entendieron que aceptarse unos con otro es algo fundamental. Un país que no hace más de cuarenta años vivió en medio de la discriminación a causa del color, hoy tiene a la cabeza a quien en más de alguna oportunidad sintió ese rechazo. Lo dijo el mismo Obama al momento de asumir en su discurso: "Ha llegado el momento de reafirmar nuestro espíritu de firmeza: de elegir nuestra mejor historia; de llevar hacia adelante ese valioso don, esa noble idea que ha pasado de generación en generación: la promesa divina de que todos son iguales, todos son libres y todos merecen la oportunidad de alcanzar la felicidad plena".

En Chile la vuelta a la democracia tuvo un significado mayor, pero parecido también. Los chilenos volvían a unirse, dejar atrás los rencores y odio, Aylwin llegaba al poder con las intención de un gobierno de reconciliación: "Que respete a todas las personas y a las distintas opiniones, que sepa escuchar a todos, que me empeñe siempre en promover entendimientos y lograr acuerdos, pero no vacile en adoptar las decisiones que, según mi recto parecer, exija el interés superior del país."

Pero también una transición de este tipo crea muchas expectativas, que al momento de caer puede ser más doloroso. Es lo que está ocurriendo en este momento, Obama está viviendo una de los momentos más complicados desde su llegada a la Casa Blanca. La reforma a la salud en este momento le está significando la división del país y genera una gran controversia. Quien llegara hace menos de un año y que prometió igualdad y trabajar en conjunto por la nación, pasó a ser el personaje que más causa división dentro del país.

Mientras que en Chile a pesar de que aún mantenemos un sistema que funciona correctametne bien, dentro de la perfecta imperfección de la democracia, pareciera ser que cada día ésto nos significa que más que libertad para expresarse, créemos contar con el derecho de poder descalificar al otro porque sí. La democracia nos trajo muchas expectativas, sin embargo aún nos cuesta aprender de ella.

martes, 8 de septiembre de 2009

Un tercer período que no huele bien

Obama lo dijo, "ocho años es suficiente" en alusión a la posible reelección del actual mandatario colombiano, Álvaro Uribe. Es que las intenciones del actual presidente por volver a ocupar una tercera vez, el sillón presidencial ya dejaron de ser meras especulaciones y ya cuenta con el apoyo del Congreso.
Sus oponentes reclaman que de ocurrir esto, Uribe estaría no solamente pasando a llevar la Constitución, sino que también haciéndole un daño grave a la democracia.
Sin ir más lejos el ex presidente colombiano César Gaviria, dijo que de llevarse a cabo la reelección Uribe querrá repetir el proceso en 2014.

Durante esta semana, una encuesta reveló que Uribe mantiene una de las popularidades más altas, incluso contanto con más apoyo que Hugo Chávez. Si bien la población colombiana dice que volvería a votar por el actual presidente, ocurre que en este momento lo que Uribe promete es continuar sus proyectos entre ellos la Seguridad Democrática. El problema es que pareciera ser que la ciudanía está en una suerte de "condicionamiento", Uribe es la opción más viable para seguir manteniendo una estabilidad, sin embargo un tercer gobierno ya suena a ansias de poder más que continuar una obra para el bien de un país.

Lo que cabe preguntarse en este momento es si existe una oposición fuerte que pueda opacar la figura de Uribe, no por un afán de abrir un debate en que primen los ataques y no las ideas. La alternancia en el poder es algo que le hace bien a toda nación que dice ser democrática, permite ampliar los horizontes, y en último caso de no haber una oposición que haga el peso, dentro de la misma coalición debe existir alguien capacitado para continuar con los proyectos del mandatario. Uno de los candidatos que suena fuerte es Juan Manuel Santos, ex ministro de Defensa, la principal razón por la que se dice que podría ser el sucesor de Uribe es que éste jugó un rol fundamental en la operación Jaque que permitió la liberación de rehenes de las FARC.

El asunto en este momento es que Uribe está haciendo lo mismo que otros mandatarios, con la justifiación de que "ha sido el mejor", pretende nuevamente seguir en el poder. Lo hizo Morales y Chávez, con la intención de seguir llevando a cabo sus proyectos que "mejorarán" a sus naciones, sin embargo los resultados están a la vista. La reelección no es la solución para mantener un orden, urge la figura de un nuevo personaje político capaz de tomar riendas en el asunto y pueda continuar el legado de Uribe.

martes, 1 de septiembre de 2009

Las bases que dividen

El problema entre Venezuela y Colombia respecto a las bases norteamericanas instalada en la frontera, versa más allá de una simple infraestructura. Pareciera que esta diferencia entre ambas naciones se convirtió en una lucha ideológica, sin embargo esta vez la región no está tan polarizada como muchos podrían pensar.
Ocurre que el malestar del mandatario Hugo Chávez, guarda relación con su desprecio a Estados Unidos y lo que pueda representar. Mientras tanto Álvo Uribe justifica su accionar netamente para impedir una posible expansión de la guerrilla colombiana y así dar una lucha firme contra el narcotráfico.
En la cumbre recién pasada de la Unasur, los 12 presidentes se mostraron de acuerdo en revisar cuidadosamente los puntos del acuerdo entre Colombia y EEUU, mientras que algunos señalaron que no era necesario llamar a Barack Obama para pedirle "explicaciones".
La gran incertudumbre que queda semebrada es, ¿Hasta qué punto un país ejerce su soberanía? Si bien Colombia está actuando dentro de sus límites geográficos, no deja de preocupar un leve intervencionismo por parte de la nación americana, a pesar de que ésta sólo esté entregando ayuda. Y este es el punto donde Chávez hace hincapié, según él esto no es más que una forma de "invadir la región" y los primeros perjudicados sería la misma ciudad de Caracas.
La propuesta presentada en la Unasur parece razonable, revisar cuidadosamente el documento puesto que esto también es algo que atañe a la región en particular. Sin embargo, los países deben tener en cuenta que el "problema" en sí correspnde sólo a ambas naciones y por más que traten de intervenir poco podrán hacer. Es por esto que pedir que ambos firmen un acuerdo de mutuo respeto, tanto a nivel militar y político sería una opción viable. En donde Colombia se comprometa que las fuerzas norteamericanas no traspasarán las fronteras sólo si esto es necesario (contando con la aprobación de algún organismo como la OEA) y Venezuela reconozca que el derecho de soberanía corresponde a cada país, sin verse presionado por externos.
Un acuerdo así, primero pasaría a ser una referencia en este tipo de situaciones, donde muchas veces el malentendido entre soberanía e intervencionismo generan debates que no provocan más que problemas en las relaciones bilaterales de los países.

lunes, 24 de agosto de 2009

Carta para Hugo Chávez

Don Hugo Chávez:
Mi nombre es Lorena Olivares Guerrero, soy estudiando de cuarto de periodismo y vivo en Chile. A pesar de mis difrencias, me dirijo a usted con todo el respeto que marece por ser presidente de Venezuela y por sobre todas las cosas por ser una persona. El motivo de esta carta es para contarle cómo funcionan las cosas acá en mi país, aunque usted no lo crea nosotros tenemos un sitema totalmente distinto al que usted pueda considerar "bueno", y vamos bastante bien.
El sistema político nuestro se basa en la democracia, es probable que usted la conozca sin embargo tengo la impresión de que tenemos una concepción muy distinta de cómo se lleva a cabo ésta. Como habrá de saber nuestra Presidenta, Michelle Bachelet, pertenece al bloque de la Concertación la cual corresponde al oficialismo, mientras que la oposición viene siendo la Alianza por Chile. Ésta última tiene la facultad de fiscalizar y también formar parte de los proyectos de ley que se han implementado, el hecho de que formen parte del bloque contrario a quienes gobiernan no da paso a que sean constantemenes hostigados ni mucho menos censurados.
Dentro de este mismo tema, actualmente estamos en época de elección presidencial (la cual se llevará a cabo en diciembre), no hablaré de los candidatos en particular pues cada uno tiene su estilo. Sin embargo, lo interesante de esto y que es bastante diferente a como se llevan a cabo estas situaciones en su país, acá hay espacio para todas las ideas, aunque está bien seamos algo de realistas, tanto circo al escenario político no siempre es algo que se agradezca. El punto es que basamos nuestro sistema político en el respeto a quien piensa distinto, y a pesar de las críticas que puedan surgir, no por eso se censura a quien no esté de acuerdo con el gobierno de turno.
En cuanto a la educación, tengo entendido que actualmente están implementando una reforma en esta área. Confieso que no manejo del todo en qué consiste, pero a grandes rasgos entiendo que es en el fondo que el Estado se encargue de la educación en el país. Acá ocurre lo mismo, pero hay espacio para que privados también puedan tomar cartas en el asunto, hay veces que el Estado no lo puede hacer todo. Por supuesto que existen parámetros para decir lo que se debe enseñar y no, es el Ministerio de Educación el encargado de velar por el correcto funcionamiento, aún así los padres y los mismos estudiantes pueden escoger donde y qué estudiar. Como podrá apreciar, la diversisdad es algo que nos caracteriza.
Para terminar esta carta, quiero comentarle algo que me involucra directamente y corresponde a los medios de comunicación en sí. La televisión pública, diarios, radios, tienen el derecho de definir su línea editorial sin ser censurados ni cerrados por no adecuarse al Gobierno en particular. El canal estatal corresponde a TVN, pero a pesar de su condición de ser el medio oficial del gobierno, existe cierta libertad en la línea editorial para tratar temas. Recuerdo que hace un tiempo, un canal en su país fue cerrado por no ir de acuerdo a lo que usted consideraba adecuado, acúsandolos de prácticamente una traición a la patria, con mucho respeto le pregunto ¿Por qué es necesario que todos piensen igual que usted?.
Espero que lea mi carta con "alturas de mira" como solemos decir acá, y que esta carta reciba el respeto que le tengo a usted por su calidad de ser humano. Espero que nuestra realidad le haya hecho ver que a pesar de hacer las cosas tan distinto a usted (y como muchos países lo hacen en realidad), la situación no es de caos como usted podría suponer.
Saluda Atte.
Lorena Olivares G.

martes, 18 de agosto de 2009

Derechos civiles antes que las ansias de poder

El caos que causó la propuesta de Manuel Zelaya respecto a incluir una cuarta urna en las elecciones de noviembre de este año, era algo que si se estudia bien la historia de Honduras y el clima político de América Latina en general no debió sorprender a muchos. Zelaya no pretendía hacer una consulta simple, sino que buscaba reformar la Constitución hondureña, algo que es completamente ilegal en dicho país. Como si fuera poco las muestras de simpatía hacia Hugo Chávez cada vez se hicieron más evidentes, lo que causó un gran malestar tanto dentro de la población como los sectores políticos.
La situación llegó a su punto crítico con la salida del mandatario en calidad de detenido del país, las fuerzas militares lo apresaron mientras se encontraba en su hogar y en pijama lo enviaron en un avión a Costa Rica. Horas después era Roberto Michelleti quien asumía el cargo de presidente de facto de dicho país.
Mientras Zelaya deambula de país en país por toda la región buscando el apoyo de los mandatarios y diversas organizaciones, la situación en Honduras es complicada. Un golpe de Estado independiente de sus intenciones, siempre trae como consecuencia la represión de la libertad y derechos civiles para los ciudadanos. El peso de las organizaciones internacionales pareciera ser nulo, si bien han expresado su rechazo a la situación que está viviendo Honduras en este momento, condenando fuertemente el actuar del gobierno de facto desde el momento que decidieron derrocar a Zelaya, pareciera que más allá de eso no se puede avanzar. Michelleti ha mostrado su negativa respecto a las propuestas que ha recibido por parte de éstas, tensando más el clima.
El dilema es cómo arreglar una situación que se desencadenó por una “ilegalidad” trayendo como consecuencia otro accionar de este tipo. La vuelta de Zelaya al país podría ser una idea, pero probablemente traería consigo más problemas dentro del país, hace poco el mandatario salió declarando que no puede volver ya que está amenazado de muerte, mostrando claramente un clima de hostilidad dentro de la región. ¿Elecciones a la brevedad para restituir la democracia?, resulta difícil de imaginar en momento en que la polaridad política se ve fácilmente.
Sin embargo lo que más preocupa en este momento más allá de quien pueda seguir en el poder, es la ciudadanía en sí. Ante la visita de una delegación de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) no se puede dejar de pensar que las libertades y derechos civiles se están viendo afectados, por eso en este momento lo que urge es restablecer la tranquilidad dentro del país, por lo que las investigaciones de este tipo permitirán esclarecer todos los hechos que ocurran dentro de la nación. Importante es que no se corten relaciones con dicho país por una cuestión política, dar la espalda en este momento no sería lo prudente, menos cuando tanto costó para que todas las naciones de esta región volvieran a tener un régimen democrático por el que tanto se sufrió.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Duro pasar de Centroamérica

Centroamérica es una de las zonas más conflictivas de América, se destaca por ser una región en donde la inestabilidad ha sido parte de su historia. La región está compuesta por cinco naciones: Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua, si bien América Central corresponde también a los países de Belice y Panamá, se debe hacer hincapié que éstos últimos no corresponden a la unión que tienen desde la colonia los primeros cinco luego de la independencia de cada uno.
Si bien Costa Rica ha sido el país con menos conflictos de la zona, durante los ’80 también debió enfrentarse a problemas internos. La guerra civil ha sido la tónica de la región durante el último tiempo, la vuelta a la democracia trajo consigo problemas de estabilidad política, económica y una desigualdad que la catalogado como una de las más pobres del mundo.
Ocurre que terminada la década de los ’80, Centroamérica intentó retomar el sistema de la democracia, sin embargo la poca experiencia y la inestabilidad con la que contaba la región le jugaron en contra, provocando un clima hostil para quienes intentaban gobernar. Difícilmente una zona que estuvo marcada por gobiernos de oligárquicos, dictaduras de la fuerzas armadas o conflictos que dividieron completamente a los países, pueden tomar con tranquilidad un gobierno en donde la libertad y la tolerancia sea pilar fundamental.
Es probable que tantos años de régimen autoritario, elites políticas, poca participación ciudadana, sea razón de la poca estabilidad con la que cuenta la zona. Volver a la democracia no significa sólo que las instituciones estatales se lo propongan, sino que también sean los mismos ciudadanos que estén convencido de ello. La legitimidad solía basarse en la violencia y en la represión, por lo que un cambio drástico en ese sentido parecía ser algo que asustaba y no convencía a la población. Un pilar fundamental para conseguir la legitimidad en un gobierno es contar con la credibilidad de la gente, no solamente el apoyo en el aspecto democrático, sino que también a la hora de acatar decisiones.
La situación en Honduras en este momento probablemente no extraña, es volver a repetir la historia de años atrás, en donde la disconformidad de un grupo llevó a un caos. La toma del poder pasa a ser un deber que parecieran adjudicarse quienes creen que es necesario hacerlo.